FANTASMAS EN LOS PASILLOS...

Hoy salí de casa para hacer compras necesarias para la alacena, regrese con  un sentimiento que no sé cómo describirlo, y eso, ya es decir bastante porque siempre creí que podría poner en palabras casi todo… El virus dejo al mundo en modo de pausa que parece irreal, pero no lo es. Desencadeno en pocas semanas un conjunto de explosiones en serie que van transformando al mundo como lo conocimos. Y todo esto es lo que no me ha permito estar al 100% como en días anteriores al virus, quizá es mi etapa de preocupación ante todo esto… realmente es muy difícil ver y vivir cuidándonos del contacto físico, difícil ver a tus seres queridos conservando las distancias, y decirnos mirándonos a los ojos, necesito tanto tu abrazo y no poder acercarte. Hoy particularmente me afecto toda la situación, y estoy preocupada por todos, hasta por los que no conozco, porque reconozco que no es fácil, esto no es fácil ni para el que tenga todas las comodidades, ya que todos estamos intentando y tratando de ver

Estamos viviendo una época complicada, en donde una situación global nos ha obligado a tomar medidas que quizás nunca voluntariamente hubiésemos adoptado. Estamos obligados a resguardarnos, protegernos y cuidarnos, a estar más que nunca conectados, mientras paradójicamente procuramos la mayor distancia física. Como todos, yo sé que es complicado mantener la calma, pero creo firmemente que de ello depende que todo salga bien y que podamos sacar lo mejor de nosotros para superar esta experiencia. Volver a nosotros, a nuestro centro, a lo simple, es quizá la tarea de fondo que lleva consigo este proceso, darle prioridad al amor, a la unión y a la familia, a redescubrirnos más allá de nuestros patrones mentales y otros un tanto egoístas que rigen la rutina diaria de nuestras sociedades, y es que a veces sentimos mucha resistencia a permanecer quietos, y extrañamos la rutina, el acelere y el estrés por doquier. Ahora tenemos miedo de vernos frágiles y amenazados por algo que sale de n